Hace un año ya, salí del cine con la necesidad inmensa de
decirle a la gente que debían ir a ver “azul y no tan rosa”, más que una
necesidad, era mi responsabilidad, me parecía justo que el mundo entero se
enterara el buen cine que se estaba haciendo en mi país, y además que se
contara una historia tan real, cruda, y sobre todo aleccionadora. Llore mucho,
me reí más, sufrí y odie, todo eso en 120 minutos, en donde solo pestañee para
liberar algunas lágrimas.
Ese día, a pesar de lo tarde, llegue a escribir, y posteé mi
comentario, lo que más tarde se convertiría en mi vínculo con su director Miguel
Ferrari, en aquel momento con toda humildad me pidió compartir aquel escrito, y
yo lo hice encantada, inflada y muy agradecida.
600mil espectadores, algunos premios nacionales e internacionales
y luego el 7 de enero celebramos la nominación a los Goya, celebración que fue
muy corta, ya que inmediatamente recibimos el portazo en la nariz de la muerte
de la bella Monica y su esposo, ese dia mis sentimientos se encontraron, y casi
igual, descontando las risas, llore de alegría y tristeza y odie tanto a los
que los mataron y en lo que nos hemos
convertido…
Llega febrero y las malas noticias (o falta de ellas), nos
mantiene en un limbo, no sabemos exactamente qué pasa, el país está
desordenado, hay gente en las calles,
los estudiantes protestan, y nosotros la gente común esperamos que alguien nos
guie viendo que vamos a hacer… (nos falta ser más valientes, e instruirnos de
aquellos que aun aprenden en las aulas).
El domingo pasa entre trabajo y decisiones, y el televisor
prendido, en ese ir y venir para ver que sabíamos de los Goya, me cale un pre
show viendo actrices españolas que en mi vida había visto, todas anoréxicas o “fitnnes”,
intentando entender algo entre tanto acentos y gestos, yo, solo queriendo ver a
Daniela, o el Guille, Sócrates, Hilda, Carolina o Miguel… o a los papacitos de
Alexander, Juan Carlos o Ignacio… pero no, no paso…
Bueno no hay de otra, me tocó ver un show, para mí en lo
particular algo fastidioso, (igual me pasa con los Oscar, o los Emmy), lo único
que me entretuvo un poco fue los presentadores anteriores hablando mal del
actual, sin embargo no cambie el canal, no podía… veía a los ganadores tan
sosos, me emocione cuando salio Barden, y tal vez con alguno u otro discurso,
pero nada que me matara… nada, hasta que llego “Mejor película iberoamericana”…
mi corazón latía fuerte, tanto como cuando la vinotinto espera un gol de último
minuto, o cuando “Venezuela “ está en el cuadro de finalistas de cualquier
concurso de belleza”.
“La Ganadora a “Mejor
película iberoamericana” es: “Azul y no tan rosa””, ni me entere si nombraron a
Venezuela, no entendí los que decía el locutor en off, solo sé que lloraba, y reía
y esta vez no odiaba a nadie, solo
pensaba, ¿subirán todos?, y si, lo hicieron, y la gente se emocionó, Miguel repetía
las frases, y daba las gracias, y creo que en ese momento, muchos venezolanos
le dábamos las “GRACIAS” a él.
Yo solo espero que sean muchas las noticias y los momentos como
estos los que nos emocionen, , los que orgullosos nos hagan gritar a cruda voz “VIVA
VENEZUELA”… Que se produzcan muchas “Azul y no tan rosa” y veamos a muchos
Migueles haciéndonos sentir… que tanto nos hace falta!!!