domingo, 16 de enero de 2011

Memoria y cuenta del 2010


2010 definitivamente fue el año del cambio, de los retos, de la cuesta arriba, pero también el de ver la ciudad desde la cima, un año en el que no sabía a ciencia cierta cómo afrontar y al que decidí simplemente acompañar.
Mudarme no solo de residencia, sino también de la comodidad y seguridad que brinda un estado civil definido, o en mi caso indefinido, cambiar libertades por otras, pero siempre agradecida de lo aprendido.
Valorar a mi familia, y sobre todo reconocer el color   de las risas y compañía de mis seres queridos, especialmente mis enanos principescos.
Recordar constantemente que nada es seguro en la vida y que hay que luchar día a día por nuestras metas, que la vida es un ratico y no sabemos cuándo se apagara la llama…
Caí en más de una oportunidad, con la sorpresa que en el suelo me encontré a más de uno haciéndome barra (dale, dale, dale ¡!!!) y dándome ánimos para continuar…
Perdí algo más que peso (20kg menos), perdí el miedo a ser aceptada, y gane la seguridad de que mi valor como ser humano no tiene nada que ver con la balanza, es todo lo que soy y lo que se, lo que he vivido y padecido, es mi forma de ver las cosas, mi respeto por los demás.
Abrace la oportunidad de enamorarme de nuevo, de cambiar de formula y por primera vez no tener miedo a decir lo que quiero y a quien quiero.
Vi como la gente que quiero, logra sus metas y proyectos, y eso me lleno de múltiples satisfacciones.
Se lleno de bebes la cuadra, nuevos integrantes vendrán a la familia, y vi nacer a los hijos de mis amigas, cosa que movió en mi la vena materna que llevo guardada. (Quiero un pichurro)
Llene de un nuevo repertorio musical mi alma, deje que entrara el color y la alegría de nuevas experiencias.
Llore como nunca en mi vida, me escude en una nueva yo y lo logre.
Ore, me acerque a Dios, un Dios al que no le había dado la oportunidad de ver, o quizás no había subido la mirada para reconocer, a ese al que le entrego mis problemas y mis angustias, al que cuando estoy triste  y en el suelo, me extiende su mano y hace que me levante.
Quienes me conocen, saben que cambie, no sé si para bien o para mal, pero como siempre, sin arrepentimientos.
Dos mil diez me presento nuevas sonrisas, y me presento mi sonrisa genuina, esa que no teme a asomarse, porque a la final, “sonreír es gratis”.

domingo, 9 de enero de 2011

Desistir de ti...

Desistir de ti


Desistir de ti, es…

Dejar de sentirte,

De soñarte, de respirarte.

Desistir de ti, es…

Dejar de imaginarte,

de abrazarte,

de reírte.

Desistir de ti, es…

Dejar de olerte,

De llorarte,

De vivirte…

Desistir de ti, es…

Dejar de sentirme,

de soñarme,

de respirarme.

Desistir de ti, es…

Dejar de imaginarme,

De abrazarme, de reírme.

Desistir de ti, es…

Dejar mi olor,

Mis lagrimas,

Desistir de ti, es…

Dejar de “Vivir”…

Lida Litvac