domingo, 14 de marzo de 2010

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Nos perdimos, no vimos las lagrimas, el dolor, la soledad, le dejamos al tiempo e l decidir, a la costumbre, a la seguridad de un amor jurad, no lo regamos, no lo abonamos, pensamos que crecería como la hierba que sobrevive con el rocío que dejaba nuestro egoísmo, ahora duele, la tierra esta árido, tal vez nada vuelva a crecer allí...

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